El Gobierno defiende a capa y espada que se trató de un golpe; los adversarios políticos dicen que se trató de un montaje. Funcionarios revelan que les instruyeron ir a plaza Murillo ese día

30 de junio de 2024, 20:27 PM
30 de junio de 2024, 20:27 PM

Las cuentas personales en redes sociales se convirtieron en el escenario de pelea entre el presidente Luis Arce y su antecesor Evo Morales. Ambos elevaron el tono de las acusaciones al referirse a la insurrección militar que se produjo en plaza Murillo el 26 de junio pasado.

“Evo Morales, ¡no te equivoques una vez más! Claramente lo que ocurrió el 26 de junio fue un Golpe Militar fallido. ¡No te pongas del lado del fascismo que niega lo ocurrido! Los responsables que buscaron tomar el poder por las armas, están siendo procesados y serán juzgados”. El mensaje se publicó en la cuenta personal del actual presidente @LuchoXBolivia.

De esta manera, respondía al posteo que realizó con anterioridad Morales.

De ese modo, politizan los sucesos del 26 de junio, cuando el general Juan José Zúñiga y un grupo de militares irrumpieron en la plaza Murillo. El evismo asegura que todo fue una farsa; mientras que el arcismo pretende que se trató de un intento de golpe de estado que fue desbaratado.

En su mensaje, morales reitera la posición expresada en su programa de radio semanal. Tachó a Arce de "mentir al pueblo boliviano y al mundo". Además, pide "una investigación completa e independiente" para conocer la verdad de este hecho".

En el mismo texto, Morales pide "disculpas a la comunidad internacional por la alarma generada".

Los extraños sucesos antes, durante y después de esos hechos llevaron a dudar del episodio. El 26 de junio antes de la aprehensión del general Juan José Zúñiga en el Estado Mayor de Ejército, los líderes políticos en su conjunto condenaron lo que consideraban un golpe de estado y reflejaron su posición de ese modo.

26 de junio

Evo Morales había convocado a la huelga general indefinida y al bloqueo de caminos; condenó la movilización militar y llamó a la comunidad internacional a pronunciarse por lo que consideraba un “golpe de estado”.

El propio Alcalde de La Paz, Iván Arias, estuvo presente en los primeros momentos de la toma de plaza Murillo. “Repudiamos la insubordinación del general Zúñiga quien al ingresar armado a Palacio de Gobierno, está atentando contra la democracia”, escribiría en su cuenta X.

Lo propio sucedió con el expresidente, Jorge Tuto Quiroga, quien también condenó la invasión militar, aunque responsabilizó de todo a los gobiernos de Evo Morales y Luis Arce.

Su colega expresidente, Carlos Mesa también condenó la insurrección militar. “El mandato del actual gobierno debe concluir el 8 de noviembre de 2025. Cualquier intento como este no es otra cosa que un golpe de Estado”, escribió.

Sin embargo, a las 20:00 aproximadamente, cuando Zúñiga fue aprehendido al salir de sus oficinas logró hablar ante los medios de comunicación. En ese momento señaló que fue orden presidencial trasladar los vehículos blindados y movilizar tropas. Esa declaración hizo volar por los aires la tesis del Gobierno que decía que se trató de un “golpe fallido”.

Desde ese momento cambió la precepción de los propios políticos, quienes habían condenado las acciones de Zúñiga y pedían el respeto a la Constitución. En los días sucesivos el descrédito de esos hechos fue en ascenso.

Los funcionarios públicos, que ese día fueron a plaza Murillo, denunciaron que fue una orden para todos estar en el lugar del conflicto, la instrucción, dijeron, vino inmediatamente después de que Zúñiga cerrara el centro político del país. La molestia era evidente porque dijeron que podía suceder cualquier cosa, pero ellos deberían estar en el lugar.