Cara a cara

Consciente de que la protección y el mejoramiento del medio ambiente es cuestión fundamental que afecta al bienestar de los pueblos y al desarrollo económico global, la Asamblea General de la ONU fijó el 5 de junio como Día Mundial del Medio Ambiente. En Bolivia, la preocupación en torno a esa problemática es relativamente nueva. Se remonta a 1990, cuando empezó el seguimiento interesado de la temática en foros internacionales y la participación efectiva del país en esos eventos.

 La conmemoración tiene una particularidad: Se centra en un tema elegido para sensibilizar al público sobre un asunto ambiental particularmente apremiante. Este 2024 gira en torno a la contaminación del aire. Según la OMS, la contaminación atmosférica está en todas partes y afecta a nueve de cada diez personas en el planeta. Las enfermedades y muertes por este tipo de contaminación se deben a partículas diminutas que penetran en nuestro organismo cada vez que respiramos.

 Es el riesgo al que se exponen, en particular, las comunidades de nuestras extensas llanuras orientales y que respiran humo o aire contaminado cuando el bosque arde sin control. Los efectos incluso alcanzan a grandes conglomerados urbanos. Es lo que ocurre en temporadas aciagas ya cercanas y en las que nada ni nadie puede, hasta ahora, impedir la deforestación y quema de millones de hectáreas. Se demanda de entidades y autoridades competentes la aplicación de las medidas necesarias para evitar un nuevo desastre medioambiental como los antes registrados y que son de muy mal recuerdo.